Estas son las herramientas más recomendadas para cualquier persona sexualmente activa que desea evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. Si vives dentro del matrimonio o con una pareja estable y existe una consciencia madura de ambas partes, la fidelidad, la comunicación, el respeto y el amor de pareja serán sin duda suficientes para sentirte protejido y vivir plenamente tu sexualidad.
Sin embargo, la rivalidad entre el uso del condón y la abstinencia se da en la búsqueda, por parte individuos o grupos socialmente responsables, de una solución para el problema que viven nuestros adolescentes. Quizá no los míos o los tuyos si consideramos a nuestros hijos "sobrehumanos" y hemos tenido la posibilidad de educarlos en el respeto a sí mismos y en la consciencia de una sexualidad responsable. Pero si en "los otros", me refiero a "nuestros" adolescentes, los que habitan en tu colonia, en mi ciudad, los que forman parte de la sociedad en la que vivimos.
Lamentablemente parte de estos jóvenes no tienen la oportunidad de acceder a programas oportunos de orientación e higiene sexual, de tener una guía espiritual y emocional en su etapa adolescente, y sin estas herramientas, el despertar sexual que se da cada vez a menor edad, los lleva fácil a la promiscuidad y al sexo irresponsable.
En mi opinión la abstinencia y la fidelidad (sobre todo a uno mismo y a sus principios) son una utopía para muchos grupos sociales en nuestro México abarrotado de actitudes machistas, brechas educacionales, económicas y culturales que dificultan la promoción de valores y métodos de educación sexual.
La realidad es una desenfrenada promiscuidad en la juventud que deriva en agresiones sexuales, las cada vez más frecuentes ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) como El Sida, en embarazos en adolescentes, en menores de edad que ya son madres y en abortos clandestinos o legalmente asistido.
Sin duda no es nuestro caso, no encajamos en esa posibilidad y haremos todo lo necesario para que nuestros hijos, sobrinas, nietos y los que crecen ahora en casa, vivan su sexualidad responsable y oportunamente. Bien por eso!
El problema es que no vivimos en una cápsula de cristal, olvidarnos que hay miles de jovencitas destruyendo su vida, trayendo al mundo a niños no deseados que crecerán sin atención; Cientos de jovencitos que tendrán que "hacerse cargo" y trabajar sin terminar sus estudios; Todo les es más difícil, son familias que nacen disfuncionales, resentidas, que se encuentran aquí en nuestra ciudad y buscan la manera de compensar sus frustraciones y necesidades, en muchos casos se vuelven delincuentes o protagonistas de actos violentos y crímenes, se envuelven en drogas, sacan dinero vendiéndolas, creen salir del problema consumiéndolas y se convierte en un círculo de vicio convencidos de que su condición de vida no puede ser mejor porque "así les tocó vivir".
Lamentablemente en algunas zonas la juventud se ha convertido en víctima de la desinformación, ajenos a la educación, a la higiene sexual y la prevención del embarazo porque son lugares donde imperan poderosos grupos sociales y/o religiosos que argumentan que la formación en valores y la abstinencia son suficiente... y sin duda lo es para muchos de nosotros, pero no es un valor innato en el hombre, incluso habrá quien alegue sea antinatura el reprimir el deseo primitivo del sexo como necesidad básica del hombre.
Nuestro conflicto: Una educación en valores y formación humana es posible, pero ¿Cuántos contagios, embarazos y abortos valen la pena para lograr que todo joven tenga la oportunidad que tienen tus hijos? ¿Cómo apoyar a una sociedad que necesita frenar el alza de embarazos en adolescentes, de deserción escolar, de enfermedad en jóvenes, de abortos, de agresión sexual?
Un primer paso sin duda es colaborar en la lucha por la difusión de valores y principios que fomenten el pudor, el amor propio, el sexo como acto de amor, la importancia de la pareja, de la familia como núcleo social, etc.
Pero no es suficiente y lo medito: Si yo como madre de una familia funcional, con un adolescente en casa llevo 12 años tratando de inculcarle todos estos valores, temo por su integridad y actuar y no me cansaré de aconsejarlo... ¿cómo puedo influir en un joven que nunca ha tenido ejemplo y guía?
Es por eso que debemos abrir la puerta, a pesar de nuestras creencias y convicciones, a las opciones reales e inmediatas que promueven entidades de gobiernos como las secretarías de salud o educación publica con sus jornadas de educación sexual y el uso de preservativos, para que esa otra sociedad alejada, a la que no llegamos, pobre en valores y aspiraciones, tenga la oportunidad de educarse, superarse, planificar su vida, disfrutar de la experiencia de formar una pareja, una familia dentro de la sociedad, dando como resultado círculos virtuosos y rompiendo los esquemas de la marginación.
Sin duda la clave es una formación integral.
¿Cuál es tu opinión? ¿Crees que se complementan o debe haber una lucha entre la promoción de el uso de preservativos y la difusión de valores y prácticas como la abstinencia?